viernes, 10 de abril de 2015

El bosque y las hojas, las partes y el conjunto, superficialidad y profundidad. El caracter fractal y holográfico de la realidad

Lo fractal, el conjunto como estructura que repite la estructura de la parte. Y viceversa. Como el holograma. Como el espejo roto en que cada parte refleja lo mismo.
Pero si alguien solo es consciente de la parte entonces posiblemente desconozca que existen otras partes, y que todas reflejan y son reflejo de la totalidad. Incluso puede desconocer que existe una totalidad. Ser incapaz de percibirla o incluso imaginarla. Esta es la esencia del materialismo, la limitación de la existencia a lo inmediato, y la desconexion total de lo espiritual. La espiritualidad es un aspecto clave del ser humano. No se puede ser verdaderamente pleno sin una mínima conociencia de la propia espiritualidad, de la propia relación con la totalidad -Dios, la esencia divina, el Ser del universo, como quieran llamarlo-
Es la metáfora de el árbol que tapa el bosque, pero aun mas acentuada: la hoja que tapa las demás hojas, las ramas, el árbol, y el bosque.
La -a veces insoportable-superficialidad de la sociedad o de algunas formas muy difundidas de ver el mundo y la realidad, son como vivir viendo con el foco limitado únicamente a las nervaduras de las hoja sin saber que existen más hojas cercanas, ramas, árboles y todo un bosque.
En el fondo no es necesariamente mejor un enfoque que otro si al menos se comprende la relación entre ambos, porque la hoja y el árbol y el bosque mantienen en su esencia una relación fractal: la hoja y sus nervaduras es como el árbol y sus ramas y su copa. Repite el esquema general del árbol y de hecho constituye al mismo: la hoja es el árbol. Relación cual sinecdoque. Quien conoce la parte, de cierta forma conoce al conjunto y viceversa.
El mismo sentido que la frase del Talmud "Quien salva una vida salva a la humanidad entera." Somos olas que olvidaron que siempre fueron y serán océano. La unidad subyacente. El Ser del universo, la totalidad que se manifiesta con apariencia de fragmentos separados -si lo consideramos desde cierto nivel de comprensión- en realidad somos nosotros mismos y viceversa. Omnipresencia. El supremo esta en todas partes, también dentro nuestro. Es la esencia misma de nosotros. Como dijo Jesús "El padre y yo somos uno" El hombre y la divinidad son lo mismo. Dios esta en mi como yo en el. Quien no logra ver, sentir, palpar,  la relación entre la parte y la totalidad, se pierde de mucho. Se pierde el sentido de muchas cosas. Se pierde demasiado.
No es mejor un enfoque que otro, aunque vivamos utilizando más uno que otro, pero creo que es necesario conocer de la existencia de ambos enfoques para ser conscientes de la profunda interrelación entre todo lo que existe y sucede, para ser conscientes de que todo todos estamos infinitamente ínterconectados y que lo que hacemos resuena en la totalidad, en los otros y en lo que nos rodea. Para ser consciente del enorme sentido subyacente, y de la infinita diversidad inherente a todo, que nos enriquece la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario